30/3/09

Asumiendo errores


Aprender a asumir errores no es tarea fácil. Entender que nuestros actos pueden traer consecuencias en contra, tampoco.


El viernes pasado ví a mi hijo como nunca le había visto antes. Fui al cole a por él para llevarle al médico y mientras el conserje iba a buscarle, vino su seño a hablar conmigo. Me contó que tuvo una trifulca con un compañero y en vez de decírselo a la monitora del patio en ese momento, esperó a tener al amigo distraído y darle una patada.... claro, que las patadas se pueden dar en varias partes del cuerpo, pero si es en "los huevos" y adrede, la cosa cambia.


Obviamente tuvo su regañina, el enfado de la seño, la explicación de que así no se arreglan las cosas, el no premio que da todos los viernes a los niños de la clase.... en fin, que mientras me lo contaba me pareció bien su explicación de lo ocurrido y de su actuación con respecto a él.


A esto le veo venir con el coserje cual perrito con el rabo entre las piernas y cabeza hundida, sabiendo de antemano lo que su seño me está contando y claro está, sabiendo que no ha hecho bien y que le toca una segunda regañina.


Si digo que al verle no sentí nada miento, venía tan sumiso, aguantándose las lágrimas en los ojos, hipando (sin llorar), que me daba pena, pero delante de mí su seño volvió a hablarle y acabaron en un abrazo, ... bueno, él se dejaba, no estaba para abrazar a nadie. Yo también me agaché y le hablé delante de ella, explicándole tranquilamente aquél día que él se dió en los testículos con la bicicleta y lloró durante mucho rato y tuve que darle Dalsy, porque un golpe en esa zona duele muchísimo y eso no hay que hacerlo nunca. Prometió con la cabeza no volver a hacerlo.


Cuando me quedé a solas con él tuve que sentarme en un banco y abrazarle para que descargara la tensión que llevaba dentro. Lloró y lloró hipando, tuve que respirar con él para que su corazón y sus pulmones volvieran a ser los de siempre.... mientras yo aprovechaba el momento para decirle que todos, seño y papas, le queremos y (de nuevo) por eso te decimos lo que está bien y lo que está mal.


Su padre en casa le habló de que hay que ser consecuente con nuestras acciones, y si obramos mal, ... amigo mío, apechuga y aprende, no vale darse la vuelta como si no hubiera pasado nada. El apechugó y espero que lo recuerde siempre, por su propio bien.


Los peques crecen por fuera y por dentro día a día....necesitan que seamos sus guías y que también dejemos ser guía a la seño, importante.


Un beso.

5 comentarios:

Mar dijo...

Elena, sorprendida me he quedado la verdad porque es una reacción que no me espero de Aitor... Pero cierto es que todos cometemos errores y que seguro que Aitor ha aprendido en esta ocasión que eso no se hace y que si lo haces tocá reprimenda de todos los que le quieren.
Pero, y no es por justificarle me pregunto ¿que le haría el amigo? ¿que pasaría entre ellos? Que con esto no quiero decir que la culpa sea sólo de otro, que recuerdo la frase de mi madre de dos no se pelean si uno no quiere...

Elena dijo...

Obviamente que algo hubo, que aún así no hay que hacer lo que hizo también, pero claro que algo hubo. Dice que le tiró arena a la cara y días antes le dió una patada en el mismo sitio a él... de kárate, de digo yo....porque los dos van, y si aprenden ahora katas y alguna que otra patada, cambian la dirección de la misma uno y otro... Aito no es de pegar, pero se defendió a destiempo...cuando el otro estaba ya tranquilo y eso no se debe hacer. Ya le ha quedado claro que es en el momento del conflicto cuando hay que arreglarlo, con la que le cuida en el patio o entre ellos, pero nunca después y así.... en fin, la seño también le dijo lo mismo y sí, me gustó su comportamiento hacia él. Aitor vió que estamos todos juntos en ésto, y eso creo que es bueno para ellos. Es una difícil combinación a veces (las menos), pero sigo pensando que es bueno. Nuestros profes eran instituciones en casa... ¿porqué ahora no va a ser igual?

laMima dijo...

Que importante es que aprendan a asumir errores...como a perder.
Según su carácter se resisten más o menos a hacerlo pero todos lo consiguen si ponemos empeño (y cariño) en explicarles lo importante que es. Desde pequeños.
Seguro que Aitor sacará sus conclusiones y aprenderá de esta experiencia. Tiene la suerte de contar con unos padres y una maestra dipuestos a enseñarle con firmeza y cariño (que no son incompatibles). Un tesoro.
Besos

Larrey dijo...

Bonita historia, Elena, pero siento decepcionarte, no aprenderá. Pasará la vida comentiendo errores, que han sido el motor de la evolución humana. Siempre me consideré el tipo más sabio del mundo, porque como errar era de sabios...

Elena dijo...

Larrey, yo sigo cometiendo errores como buena humana que soy, y eso me hace crecer como persona y de ellos acabo aprendiendo algo...de eso se trata, no es tanto la patada (que sí lo es también) como la forma en la que lo hizo...a destiempo. Tir en casa le dijo que solo la patada en los huevos se le da al que te quiere hacer mucho mucho daño, nunca a amigos aunque nos enfademos....son gotitas que caen en un vaso, a veces se derrama el líquido pero siempre se quedan los posos ¿no?...