5/2/09

Sonrisas y Lágrimas

Son varias las cosas que quiero hoy plasmar en este post.
1. El amor de la hermandad
2. La determinación hasta el final de una decisión
3. El aprendizaje de pensar antes de hablar

Ayer hubo sonrisas y lágrimas por casa. Sonrisas al principio escondidas de nosotros por esa actitud "graciosamente chulesca" del niño, y lágrimas de su hermana por pena de llevar hasta el final mi postura "Aitor se quedaba sin cenar". "¡Estais de foto!", les dije a los dos llorando, uno porque tenía hambre y la otra porque le había dejado parte de su cena y yo no se la había dado a él.....os pongo en antecedentes.

Con Aitor los enfados empiezan por cosas pequeñas, pero siempre él quiere ser el punto sobre la i, y claro está, llega un momento en el que nos cansamos. Esto llegó al momento que preparado para cenar dijo "quítamelo, no voy a cenar", con tono desafiante, lo que él no se esperaba es que le hiciera caso.... se acostó sin cenar.

Hubo pataletas, insultos a mamá con merecido cachete de papá (le dejé porque es bueno que ellos vean que somos dos unidos para lo bueno y para lo malo), hasta me dijo que me perdonaba "¿cómo?....no, si yo solo he hecho lo que tú me has dicho, y como después de cenar nos acostamos, pues a la cama pues".

Paula sufrió mientras cenaba, lloraba porque pensaba que yo le había dejado de querer. "¡Pobrecito, ¿no le vas a dar de comer nada?". Reconozco que cuando todo se calmó y él volvió a la cocina tranquilo y sentado, tuve la tentación de ponerle la cena, pero fríamente pensé que si lo hacía, nada de lo pasado habría tenido sentido, .... así que me armé de valor, respiré y con mucha tranquilidad le hablé de que ésta es la única manera de que piense las cosas antes de hablar, ..... no hay otra.

Les hablé de que Tirso y Elena (con apellidos incluidos), no consentimos ni nos reímos de que Aitor y Paula (con apellidos):
a) nos levanten la voz
b) nos insulten y/o
c) se pongan chulitos
a lo que Aitor responde "pues cuando yo sea papá me voy a reir si mi hijo me insulta", "no será mi problema, él no será mi hijo, mi hijo eres tú y aunque tú no me quieras, que me da igual, yo a tí sí, y por ello te tengo que hacer ver lo que está bien y lo que está mal"....¡será jodío! como intenta a su manera llevarme a su terreno.

Se dejó abrazar para calentarle en su cama, y es que reflexionando después te das cuenta que cuando tú estás calmada, transmites esa calma y no haces de una noche sin cenar un drama, aunque para Pau sí lo fuera (después hablamos tranquilas en la cama y lo entendió todo).

Algunos niños son impulsivos, cabezotas y dicen sin pensar, pero no son tontos, son listos y lo que hacemos con ellos perdura más que lo que les decimos. No hice nada que él no me dijera, y eso se lo dejé muy claro cuando estuvimos juntos en la cocina esperando que ella terminara de cenar.

¡Qué lástima como miraba la comida!...."no te preocupes, mañana te pelo dos peras antes de ir al colegio a desayunar ¿vale?!". Al final no han sido peras, pero sí unas galletas "para mí dos que anoche no cené",..... ¡me lo como!.

En fin, que es la segunda vez que llevo una decisión hasta el final y en ambas he visto que funciona.

Un beso.



6 comentarios:

Dudu dijo...

¡¡¡ENHORABUENA!!!
Lo difícil de esto de ser padres es cumplir la palabra hasta el final. De ahí que siempre es conveniente pensar antes de hablar... que se lo digan a Aitor...

Mar dijo...

Me uno al ENHORABUENA de Dudu, y es que cuesta mucho a veces mantener un castigo.
JAJAJA, si te lee mi madre te dice que le castigues de cualquier modo pero sin cenar no jajajaj

Elena dijo...

Realmente no fue un castigo decidido por mi, fue una decisión suya....díselo a tu madre, ja,ja,ja...¡Pues claro que me daba pena! ¡cómo miraba la comida de su hermana!...seguro la próxima vez se lo piensa dos veces antes de decir "quítamelo, no voy a cenar", ja,ja,...bss

Larrey dijo...

Una cosa que aprendí hace tiempo y que permite cierta flexibilidad es renegociar los castigos. Uno no tiene por qué cumplir un castigo siempre, el truco está en que vea que hay una negociación. Evidentemente no puede lograr lo que hubiera tenido sin la pataleta, pero al menos un punto intermedio. Por ejemplo, charla y dos galletas para la cama. Hay castigo, no ha cenado, pero el niño también aprende que se puede cometer errores, que se pueden reconocer, aceptar las reprimendas y que la vida siga. Esa es mi forma de verlo.

Elena dijo...

tomo nota, me parece buen trato.

Anónimo dijo...

Mi madre diria algo parecido a la de Mar, pero añadiría que soy en este caso eres una madrastrona. Es lo mas bonito que oigo cada vez que tenemos algún problemilla, y en el día a día hay un monton. Pero estoy contigo, tienen que aprender y a veces es muy duro.