10/11/09

Pequeños si, pero no se les escapa ni una

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Cuando quien nos visita no tiene hijos o tienen hijos bebés, los míos andan un poco desconcertados porque se quedan con la expectativa de pasárselo bien con amigos de afuera y se dan cuenta que son demasiado pequeños para jugar como ellos quieren. Un ratito bien, luego ya no saben qué mas hacer.

Entonces es cuando se ponen "plastas" con nosotros. Se suben encima de las rodillas o inician una pelea por la espalda de papá, o se sientan entre mi amiga y yo....así que me toca darles la mano amigablemente y llevármelos un momento fuera del "ring"...del salón. "Hijo, no es hora de jugar así con papá. Han venido amigos y estamos ahora con ellos, vosotros ir a jugar a vuestras habitaciones o si quereis estar aquí ¡perfecto!..pero no incordies a papá"....un ratito lo lleva bien, después se le ha olvidado y vuelve a la carga.

Lo de la visita mola cuando todos la tenemos, pero una visita sin niños mayores pues no es tan divertido. Después se añade a esto a que al ser la bebé la protagonista de sus padres y de la tarde en sí, pues estos papás no inciden mucho en los niños mayores de la casa visitada. Así que cuando se marchan me dice Pau: ¡solo estaban pendientes de su hija!..."ya lo se, es que es su primera hija"..."¿tú hacías lo mismo cuando yo era pequeña?"..."supongo hija, supongo que alguna vez lo hice".

Y es que es algo que no me sorprende. Primerizos para los que el mundo empieza y acaba sólo con su bebé, sin prestar atención a los que hay alrededor y sin embargo, sí esperan un poco de tí.....hay cosas que sólo se ven desde fuera, con el tiempo y con experiencia.

Está claro que nuestras actitudes cambian acorde a nuestras vivencias. Lo primero que hago si ha llegado un 2º hijo a una familia amiga, es entregar el regalo de "Bienvenida al Club de los Hermanos Mayores" al hermano mayor.... sí, el sí espera un reconocimiento ante el destrono, una alegría a pesar de la invasión, sí.... al otro ni le va ni le viene todavía nada.

Nuestros pequeños son pequeños, pero no se les escapa ni una.

Un beso intencionadamente.

5 comentarios:

Mar dijo...

Jajaja, creo que a todos los primerizos nos pasa. Eso y que como el resto del dia tu vida está rodeada de pañales se agradece disfrutar de una velada con unos amigos.

Marijose dijo...

Los hijos de nuestros amigos (ya mayores cuando nació Rafita, de entre 5 y 10 años) se pusieron muy celosos, supongo que no les haríamos tanto caso como antes. Aunque siempre intento preguntarles por sus cosas. Su cole, actividades, lectura, juguetes. Ellos son mayores y quieren ser protagonistas.

Anónimo dijo...

Cuanta razon tienes en tu comentario. Y es que en realidad cuando llega un nuevo bebe es el error que cometemos la mayoria de las personas si hay otros niños terminamos ignorandolos de momento para dedicar todaaa la atencion al recien nacido. Se convierte en el centro de atencion. Y pues los demas peques tambien tienen su corazoncito. Para estos dias llegara el bebe de una amiga que tiene una niña de 8 años, por lo tanto implementare lo que dices en tu comentario llevandole un regalo a Paola. Adios

Anónimo dijo...

Y me puse anonimo porque olvide mi contraseña jajja, intente con muchas pero nada funciono
Soy Crucita de Mexico

Elena dijo...

Hola Crucita, que bueno verte por aquí. Pues yo lo hice la primera vez con Pau, cuando "la destronó" su hermano, y aún guarda aquel juguete del Club de Hermana Mayor...también le gustará a Paola, seguro. Bss desde Getafe