18/11/11

Un día para no olvidar

Soy una persona que intento tener siempre mi logística bajo control, eso me da seguridad. Aunque en alguna ocasión, como el otro día, he tenido que rendirme al destino…. lo llamaré “el día del olvido”.

No suelo tener reuniones en el trabajo a primera hora, pero éste día iba a una en nombre de mi jefe, así que tenía que quedar bien e ir con algo de tiempo.

El primer olvido empieza en casa, aún no he salido camino del trabajo. Cuando estoy a punto de salir, me doy cuenta de que no me había preparado el bolso y es que con esto de ir un día en bici, un día en coche, tengo que cambiar todos los días los enseres de mochila a bolso y viceversa.

¡Por fin! Ya salgo por la puerta…miro el reloj, “voy bien”. Conduzco hasta la primera rotonda y me echo mano “al escapulario” que siempre me pongo encima a ésta hora de la mañana, pues es la tarjeta para fichar en el trabajo. Con el semáforo en rojo pienso si merece la pena volverme a casa, o esperar en portería a que me hagan una tarjeta provisional….. ”¡LA REUNION! No, no puedo esperar en portería”…. vuelta a casa.

Aparco y me llevo el bolso, no me gusta dejarlo dentro solo. Abro y empiezo a pensar dónde estará la tarjeta de fichar. Subo arriba y con tanto lío de bolsos no la encuentro. Recuerdo que fui al gimnasio con ella el día de antes, “quizás la guardé en la bolsa de deportes”. Bajo al sótano corriendo, abro donde yo imaginaba que pudiera estar y nada…”¡donde cojones está la tarjeta!” (perdón, era la tensión del momento)... abro otra cremallera y allí está…¡pufffff!....subo un poquito acalorá las escaleras….los niños me miran extrañados y me despiden por segunda vez.

“Bueno, tranquila, llegas” … me digo camino del trabajo. Aparco, cojo mi bolsa gris donde llevo el almuerzo y las pinturas de maquillaje, mi paraguas y andando deprisa hacia el edificio donde es la reunión, en la otra punta de la Factoría. No llevaría 50 metros alejada del parking cuando me noto rara, me falta algo….no sé. Me digo que tengo que apagar el móvil en cuanto llegue… y caigo ...”¿pero qué móvil?, si el móvil está dentro del bolso y no tengo el bolso”, …  Eso era por lo que me sentía rara. Me había olvidado el bolso en el coche….. ”¡jesús!,.. pues ya no vuelvo”.

Llego a la reunión justita, con calores y algo de taquicardia. Termina y antes de subir a mi oficina, decido ir al parking a por mi bolso. Llego, abro el coche, ….”no está…. quizás lo puse adelante ….no, tampoco está…. ¿donde narices está el bolso?….ahhhh!!! ya sé, en casa encima del baúl, se ha quedado allí cuando subí a buscar la tarjeta de fichar”….aysssss…. “me resigno, me tocó  el día de los olvidos, seguro algo más me va a ocurrir”…. que para mi sorpresa no fue así, ya no pasó nada más…

¿Has tenido tú algún día de éste tipo?...

Un ……….. se me ha olvidado, lo siento, je,je,..

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