Para él era muy gracioso mientras se lo contaba, pero os juro que para mí no lo fue. Ocurrió la semana pasada.
23:00 de la noche. Sentada en el sofá viendo la tele, guardaba algunos papeles de banco y demás….silencio en casa, es mi tiempo. De repente noto (por el rabillo del ojo) que algo se mueve, giro la cabeza y veo como dos ojos me miran,……”¡¡OSTIAS QUE SUSTO!!”...”miau”....y entra con toda tranquilidad, un gato grande (no Tir, no era un tigre, simplemente era grande) y se asienta debajo de la mesa del comedor. “Tranquila, piensa, veamos, que hago…ah!, la puerta, la abro y seguro se va,… bueno, también cojo el palo de la escoba por si acaso tengo que azuzarle…vale, tranquila”…el calor que me recorría el cuerpo era increíble por la adrenalina del susto de tan inesperada visita. La puerta abierta, yo “bis,bis,bis,bis…” y el gato que MIAU… “veamos, tranquila, otra opción,… ¡ya! La cocina, abro y se va seguro…” . Cuando entro a la cocina para abrir la puerta, veo que el gato me sigue…”ya está, está buscando por donde ha entrado”… abro y sale el lindo gatito. Cierro bien la puerta…”¡cabrón, que susto me has dado, vete a tu casa!”…”miau”…. uffff, que calor madre, que calor!.
Lo primero, los gatos no son mis animales preferidos y lo segundo, tengo un problema con los sustos, soy demasiado asustadiza. Aunque sé por lógica que no era para tanto, para mí sí lo fue. El gato era de casa, quiero decir, tenía su cintita verde al cuello y se le veía cuidado, … vamos que estaba de paseo antes de irse a dormir. Digo yo que entraría por el patio cuando tuve la cocina abierta y luego se quedó dentro y no podía salir. Bueno fin de la historia, a dormir que ya es hora.
Aitor empieza a toser y a toser y una visita y mas tarde otra y llega la de las dos y media para darle agua y ponerle un poco de vip-vaporus para aliviarle la tos. Salgo de su alcoba casi dormida y en paños menores cuando en la penumbra del pasillo (con luz-enchufe) me encuentro….¡¡AL MISMO GATO MIRANDOME!! ….”¡¡AAAA,…joder, joder, que susto, cabrón ¿qué haces aquí otra vez? ¿por dónde has entrado? madre, qué calores, cálmate, cálmate,” …. Y el otro “miau, miau” que a lo mejor significa, “ya sabes tronca, los gatos salimos de parranda y como ya conozco tu casa, pues aquí estoy de nuevo”…. Se mete en el baño de los niños y le encierro mientras bajo a por la escoba!!….creo que las palpitaciones de mi corazón se oían a distancia. Cierro las alcobas infantiles y la mía, abro el baño, le llamo desde las escaleras que bajan “bis,bis,bis”… pero ni puñetero caso. El mira hacia la buhardilla….”no,no, para arriba no te vayas” ….y gira hacia la única habitación que no había cerrado la puerta, la de los invitados. De repente caigo en que la ventana estaba abierta desde ayer y claro, con el tejado nuevo de la cocina, el acceso es fácil para los gatos….”¡TE PILLE CABRITO, SE POR DONDE HAS ENTRADO!”.
Una vez encerrado allí, me digo que yo no duermo tranquila hasta que no se vaya. Entro y abro más la ventana apartando la cortina para que se largue. Salgo, espero…pero no, no me duermo si no sé que se ha ido de verdad. Preparo el palo de la escoba y como le vi meterse debajo de la cama, directamente abro la puerta y meto el palo debajo de la cama y empiezo a azuzar…”¡venga, vete, vete…sal…!” y el gato estaría pensando…”¿qué está haciendo ésta?” … porque tan nerviosa y ciega estaba yo, que no me di cuenta de que el gato estaba tumbado sobre mi ropa encima de la cama mirándome. Así que reaccionó ante mis voces, pegó un salto (yo también claro está) y se fue por donde había venido. No voy a decir las cosas tan bonitas que le dije, pero vamos, menos guapo de todo…imagínatelo.
Por supuesto, antes de meterme en la cama hice un repaso de puertas y ventanas exhaustivo, de abajo a arriba. Aún así me costó mucho conciliar el sueño. Ahora vas tú e intentas dormirte sin mirar el pasillo…venga! Inténtalo si crees que es fácil!.
Cuando llegó mi querido y se lo conté, “¡JA,JA,JA,….UN TIGRE, ERA UN TIGRE, JA,JA,JA”…No, un tigre no, pero no creo que sea la mar de divertido encontrarte ALGO/ALGUIEN que no es de la casa a las 2:30 de la mañana ¿o acaso para ti sí?....
Un beso con adrenalina, susto, calores y palo de la escoba. Los gatos para sus dueños y si salen de paseo por la noche, que paseen en su casa… ea!