No solo los esguinces son las lesiones de futbol, también hay quemaduras y si no, que se lo digan a mi peque.
Entrena futbol sobre un suelo de cemento, liso pero de cemento. Este Lunes pasado se cayó y se hizo un buen raspón en el muslo, por debajo del culete. Cuando llegaron a casa el padre y los niños le vi y ¡vaya con el raspón!... sí que era grande, pero con una buena ducha y después betadine, parecía que la cosa estaba controlada.
Ayer miércoles le dejé en el cole algo cojo pero bien, se marchaba muy contento a una Granja-Escuela con sus compis. Cuando fui a recogerle al final del entrenamiento de futbol por la tarde, el niño cojeaba mucho más. Obviamente no podía correr y su cara era de dolor, … pero el tío ahí estaba en la cancha con sus amigos intentando pasar un buen rato, … pero algo no iba bien. Su pantalón estaba manchado de betadine y de casa no salió así. Cuando se desnudó en la ducha y le quité el apósito que una monitora de la granja le había puesto, no me gustó nada lo que vi. Aquello no era el sollón del otro día, esto era una buena quemadura, ..aisssss….. Estaba el nivel de un poco de costra, el nivel del pellejo muerto y el nivel de carne rojita a lo vivo….aissssss…..¡pobre mío!. Lloró mucho en la ducha pues con el agua veía las estrellas. Me contó que se volvió a caer a la salida del desayuno, con la mala suerte de caer sobre el raspón del otro día. Le hicieron una primera cura en el cole y luego otra en la Granja-Escuela. Esto me sonó a lo de un chichón sobre un chichón…¿no les ha pasado a vuestros hijos?, a los míos sí.
Le curé de nuevo con betadine, pero en mi pensamiento era de que aquello no valía, que necesitaba de atención médica. Así que llamé a mi hermana que es enfermera y le conté. Nos fuimos a su centro de salud donde aún estaba trabajando. Por el camino le iba preparando de lo que le iban a hacer y de lo campeón que es él. De lo que a mí me pasó cuando tenía 8 años, de cuando papá le pasó aquello, de cuando Pau se cayó de la bici…. en fin, ya sabes, allanando el terreno porque en casa no se dejaba ni echar el betadine, así que allí….uf!!. Y al revés, allí se portó ¡genial!. Mi hermana me dijo que era una buena quemadura. Lo primero fue limpiarla bien mientras mi chico y yo nos mirábamos a los ojos mientras soplábamos, los segundo quitarle la costra con unas pinzas y nosotros vuelta a soplar. Le puso una gasa impregnada en vaselina para hidratar la quemadura con bastante gel de betadine en el interior, y eso fijo sin moverse hasta la próxima cura dentro de dos días. Le avisó que le escocería, pero él no sabía cuánto. Me dijo mi hermana que le diera Dalsy para calmarle.
De camino a casa empezó a llorar de escozor y solo le oías, “¡corre, corre más, qué lejos está casa, jopé!”... y hasta que le hizo efecto el dalsy, solo los brazos de mamá eran su consuelo. La noche ha sido buena y le he dejado cojo en el cole junto a su hermana…¡pobre!....¡ójala este tipo de cosas pudiéramos quitárselas y ponérnoslas nosotras, joer!.
Un beso para Aitor, para que pronto se le cure su quemadura…¡cachis!.