11/5/11

Fibrosis Quística

¡Qué bueno es empatizar con el de al lado!. Descubrimos sentimientos, temores, dudas que quizás de ninguna otra manera podríamos sentir.

Tengo un familiar muy cercano con una enfermedad de pulmón, “Fibrosis quística”. Poco a poco el pulmón se obstruye por dentro y sientes que te ahogas sólo por caminar, porque el aire no te llega como debiera llegar al interior del pulmón, debido a la obstrucción de los bronquios. El sabía de su enfermedad hace años, pero de 3 meses para acá se le ha despertado y él ha dado, lo que se suele decir, un “bajón”. El sabía que algún día tendría que ponerse oxígeno, pero lo que no sabía es que de un día para otro, de un minuto para otro, el neumólogo le dijera que YA necesitaba una máquina para casa y otra para salir a la calle. “Es una putada, ¡qué mas quisiera yo no tener que decirte esto!”…. “pero, ¿no se puede hacer nada?”…”nada mas que ayudarte con oxigeno, ¡ojo! No para que salgas corriendo, sino para que tú respires mejor. No tiene cura.”

Según me lo iban contando por teléfono, pensé, “Bueno, pues que salga con su mochila y el oxígeno a la calle y ya está, ¿qué problema hay?”. Lo que no me di cuenta tan pronto, es que es él quién tiene que aceptar el cambio tan importante que le ha dado la vida. De momento él se niega a salir a la calle con el oxígeno, en casa sí se lo pone. Supongo que en la medida que él valore la necesidad de encontrarse mejor, aceptará llevar su mochila por la calle. No quieren que le vean con las gomas en la nariz, no quieren que le pregunten, no quiere decir a nadie lo que le pasa, no quiere….. se revela y lo entiendo. Cuando alguien trata de decirte que hay gente peor que tú, en momentos así, no vale de mucho. Cada uno ha de llevar su enfermedad y el dolor ajeno, no es consuelo. El tiempo ayuda y poco a poco, es cuando te das cuenta que la vida no se frena por salir a la calle con tu mochila especial.

El ha sido futbolista del Geta en sus tiempos y también frutero. Ahora en su jubilación, ha recuperado parte de esa profesión, ya que es quién se encarga de comprar las frutas y verduras a sus hijas. La verdad es que tiene muy buen ojo, ¡todo hay que decirlo!. Pero ahora viene la parte de la historia en lo que una no sabe qué hacer….¿le digo que quiero fruta (de lo cual él encantado en ir a la frutería de su amigo marroquí y sentirse útil) y le hago cansarse?.... ¿o mejor lo compro yo todo a partir de ahora por evitarle ese agotamiento (de momento leve), haciéndole sentir mal por quitarle algo tan importante y gratificante para él?. Cuando le cuento mis dudas por teléfono, me regaña bastante porque tenía pensado ir al Mercadona con esa lista de compra….en fin. Es que una a veces no sabe qué es mejor para él.

De momento todo sigue como antes, ya veremos más adelante. El, sin querer dejar de hacer nada de lo que estaba haciendo hasta ayer. A cambio, poniéndose oxígeno en casa a partir de hoy.

Un beso muy fuerte papá.

1 comentario:

laMima dijo...

Ay querida...entiendo muy bien este post.
Mi madre está en el hospital en pleno proceso de autotransplante de médula. ¿Sabes lo que lleva peor?..el pelo. De momento tiene que estar en el hospital este mes pero ya está dando vueltas a lo que va a hacer cuando le den el alta.
Esa bombona de oxígeno, ese pañuelo en la cabeza...son como farolillos que ladran al mundo "estoy muy enfermo"..y eso es difícil de digerir.
Lo asumirán, seguro, pero hemos de darles tiempo.
¿No te preguntas como reaccionarías tú en su caso?.
Muchos ánimos querida. A todos.