Jugando al despiste

¿Es posible que después de 12 años juntos, tengas delante a tu marido y no le reconozcas?.....sí, es posible.

Hace años, cuando corrió la Maratón de Madrid, solo había que buscar a un corredor con zapatillas deportivas naranjas fosforitas y ¡bualá! … localizabas a Tir. Cuando le conocí, algunos amiguetes suyos le apodaron “El Colorinchi”, y con el tiempo doy fe de que su razón tenían. En cuestión de combinaciones de colores (ropas deportivas), va a ser que a mi chico le da igual. Que la bermuda es amarilla chillona, vale, .. que las playeras naranjas, vale, … que la camisa es lila con rayas rojas, vale,… es como me tiene acostumbrada a verle, bueno, a mí y a todos. A veces he intentado que combinara mejor sus prendas, pero lo he dejado por imposible, … a él le gusta así y desde luego, es reconocible a la distancia por cualquiera que le conozca, no hay dos y eso le hace ser especial.

Ayer tarde, entro en la sala de pesas del club, y veo a gente pedaleando en las bicis, otros haciendo ejercicios con barras de pesas y otro tumbado en un banco (no se le veía la cabeza) haciendo ejercicios de pectorales con mancuernas. Me fijo en cómo va vestido, camiseta azul, pantalón azul más claro y unas zapatillas blancas…..pienso “éste no es Tir “, y sigo buscando a mi chico, no le veo. Pregunto a la chica de allí, “perdona, ¿ha venido Tirso por aquí?”…”¿Tirso? Tirso está ahí” … y me señala al chico tumbado que iba vestido de azul bien combinado. Tir se incorpora….”¡Tirso! ¡no me jodas! esto no es normal, hoy vas bien combinado, por eso no te he reconocido!”... y todos los que por allí estábamos nos echamos unas buenas risas a cuento de este tema. Obviamente, todos sabían que llevaba razón….sobre todo mi churri ¿verdad que sí?.

Un beso para mi colorinchi.