8/6/09

Algunos castigos pueden tener negociación

Cuando ponemos un castigo, hemos de pensar antes bien QUÉ decimos, porque lo que digas, lo tienes que cumplir.....lo de la negociación se queda para el final, de momento hay que cumplir el castigo.


El otro día Aitor montó una pataleta a su padre. Llegaron a casa y le dijo a su hijo que pensara en un castigo por lo que había hecho.... ahí queda la cosa cuando al día siguiente hizo una chiquillada-trastada-cochinería, y ya mas serio el padre le dijo al momento el castigo, un castigo muy doloroso para el niño si juntamos las dos historias...¡NO TE VAS A MONTAR EN NADA EN LA FERIA!....silencio en la cocina (delante del niño no es bueno que un papá diga algo al otro papá), pero mi mirada le habló muy claro "¡pero ¿como se te ocurre ese castigo tío?, pon otro joder, pero ese no"...pero papá seguía diciendo que sí, que aprenda, que no lo cambio... y el niño me mira hecho polvo y llorando, y yo que miro al papá para que haga un trato, baje el castigo a montar solo una vez, pero no dejarle montar en NADA, ... y que no y que no.

Cuando nos quedamos solos ya no hicieron falta las miradas, conversamos y está claro que a veces los papás no estamos deacuerdo en decisión infantiles, pero en este caso yo he de respetar su decisión para que su hijo aprenda también, que papá es Papá...(me ha costado, pero voy haciendo progresos).

Llegada la noche les oigo a los hermanos hablar entre ellos y Paula, que la pobre mía sufre mucho cuando castigamos a su hermano, le hace valorar a Aitor la opción de poder cambiar el castigo si papá se lo permite. Sabiendo Paula que el castigo ha de ser algo que a su hermano le de rabia, le propone "dile a papá que te cambie el castigo por 2 días que venga a las dos de la tarde a por nosotros al cole, y así te pierdes el partido de futbol que también te gusta y no te enfandes ¿vale?"... y yo que lo oigo voy escaleras abajo a chivarme y a pedirle, "tío, por favor, valóralo, haz un trato con él, negocia..." y Aitor le propuso y papá seriote le dijo que se lo iba a pensar con la almohada.....ahí queda la cosa.

A la mañana siguiente (ese día íbamos a ir a la feria con amigos por la tarde), Paula le da un grandísimo abrazo a su papá y le dice "por favor, deja que Aitor monte en la feria"... y no se si fue que el padre ya lo tenía pensado o que su hija le derritió el alma, pero en ese momento aceptó el trato de cambio de castigo. Papá le dice a Aitor "te lo cambio porque me lo ha pedido tu hermana, que lo sepas".





Todos ya contentos (yo también), disfrutamos mucho con nuestros amigos, pero Aitor sabía hoy que su papá iba a ir antes a recogerle al cole, y así ha sido, ¡eso sí! sabe que mañana irá pero ya no más....contando los días del castigo estaban antes los dos hermanos.


Estas y otras situaciones son las que hay para aprender lo que NO se debe hacer.


Un beso.

5 comentarios:

Mar dijo...

Pues si en ocasiones es bueno para ellos negociar el castigo. Además hiciste bien en no intervenir porque ellos sacan puntos débiles de cuaquier situación y entiendo lo que te debío costar.
Pero seguro que Aitor aprendío la lección, y la próxima vez se lo pensará un poco más aunque con lo impulsivos que son es probable que se vuelva a tropezar con la misma piedra, esperemos que me equivoque ¿verdad? eso es lo que pienso yo siempre con Alberto jajaja

Larrey dijo...

Aquí un testigo presnecial: genial la resolución, el mensaje llegó igual (es decir, poquito, que para eso son niños y no entienden de pasado mañana) y al menos no os quedasteis sin ver su cara montando en las atracciones. Hay que ser firmes como una caña, capaz de doblarse sin romperse.

Dudu dijo...

Enhorabuena Elena por respetar la decisión del padre. Esto es fundamental. A veces tengo la sensación de ser yo el malo de la película.

Elena dijo...

Larrey, me ha gustado esa última frase tuya, buenísima...y sí Dudú, cuesta a veces quedarse callado y otorgar, pero se consigue...

laMima dijo...

Uf, se lo que son esas situaciones.
Tienes razón: antes de castigar hemos de calibrar bien..pero a veces es difícil.
Muy bien todos: tú por aceptar una decisión que no compartes, tu marido por saber ceder, Aitor por asumir que ha de ser castigado, pero tu niña...¡ay tu niña!.
Me la como. Esa se merecía un par de vueltas más en la feria de regalo. Que tesoro.