18/11/08

Una de machitos ibéricos con 4 años

El viernes pasado fue la fiesta de la castañada del colegio y allí estuve disfrutando con mamás, seños y niños de unas castañitas asadas y unas charlas animadas.

Sin querer dar al tema un sobreprotagonismo, que en verdad no lo tiene, sí quiero poner el énfasis que al menos a mí me merece. Me refiero a lo que ví, a 3 machitos ibéricos (entre ellos mi hijo) abordando a otro peque de más edad, pero distinto, ...quiero decir, especial. Este es un tema que me colma, ya lo he hablado en posts anteriores, y es que Carlos, mi hermano, es sindrome Down y me rebelo con estas injusticias mucho, mucho.

Hemos tenido temita el fin de semana. Alto, claro y tajante. Espero haya tomado buena nota y lo aplique, porque si no es así....... nos volverá a ver, a su padre y a mí.

Que sí, que son críos, que ya, que lo sé. Pequeños sí, tontos no. Saben perfectamente quién es el fuerte (ellos) y quién es el débil (el otro). Lo que presencié (porque parece ser que nadie mas vió, bueno, otra mamá amiga sí, pero no era mamá de ninguno de esos niños), fue un acoso total por parte de los 3 gallitos de pelea al otro niño.

Cuando llegué los críos corrían por su patio, jugaban, alguno se estaba peleando (normal) con otro por algún juguete, pero de repente veo que con palas de cubo de playa en mano, mis 3 machitos empiezan a dar en el culo al otro niño mientras se ríen de él. El, cabizbajo, no logra tapar todo su culito con su manos para no recibir más palazos.......¡me cagüen .......!! allí que voy, voces para los 3, "NO, eso no se hace" . El niño se resguarda en mí mientras los 3 machitos se ríen, (con la mirada fulmino a mi hijo), "que no se te ocurra repetirlo", le digo.

Mientras vuelvo a mi lugar junto con el resto de mamás, hablo con Mar, la mamá amiga, y se lo cuento, cuando de repente veo el efecto rebote, allá van de nuevo al ataque los 3 haciendo un círculo al niño, mientras él de nuevo cabizbajo se tapa de nuevo el culito....y recibe un palazo fuerte de uno de los amigos de mi hijo. Salimos las 2 madres corriendo, pero corriendo. Yo no se si me miraba su padre, pero prometo que la voz que le dí a éste amigo de mi hijo, no fue bajita, "NO". Me fui a por Aitor que se reía junto al otro, le enganché y pronto la risa se le quitó de su cara.

Pequeños sí, tontos no. Cosa de críos sí, futuros macarras no. Ante esta situación ¡¡me lo como!! y no a besos precisamente. No se lo que otros padres opinan de esas conductas, pero yo, como responsable de mi hijo, hay cosas que no le tolero, y ésta es una de ellas.







5 comentarios:

Mar dijo...

Elena, como hemos hablado ya, a mi me parece muy importante que sepan que eso no se hace, NO y NO.
Niños si son, pero ya saben lo que hacen y saben diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal. No me gusta que se peleen entre ellos, y mucho menos que en corrillo hagan de menos a nadie.
Y como te he dicho, el viernes eran esos tres pero el proximo día pueden ser otros tres entre los que no salvo a mi hijo, y luego pueden ser 6.
Estoy de acuerdo contigo, por la parte que nos toca desde luego este tipo de situaciones prefiero atajarlas radicalmente y espero que el resto de papis si lo ven hagan igual.

Elena dijo...

Espero, Mar, espero, porque al igual que colores, padres hay para todos los gustos. "chiquillería" podría decir alguno. Bueno, pues lo siento, chiquillería el tuyo, el mío no.

Dudu dijo...

Estoy absolutamente de acuerdo contigo Elena. No son chiquillerías. Te explico mi punto de vista.
Saltar en el sofá, en la cama, es una chiquillería, una travesura sobre la que los padres no debemos poner especial énfasis en borrar. Con 18 años no saltará sobre el sofá.
Acosar, reirse, hacer de menos a alguien, por el motivo que sea. Resumiendo, faltarle el respeto a otra persona es una actitud intolerable, que se tiene que cortar de raíz. Si de pequeños pegán y faltan el respeto a otro, y no se les corrije, con 18 años seguramente siga pegando y faltando el respeto.
Creo firmemente en la disciplina tolerante, es decir, pocas reglas muy claras y muy estrictas, el resto da un poco igual. En mi caso particular en esas reglas están: no gritar, no pegar, no insultar. La infracción de cualquiera de esas normas conlleva un severo castigo que no tiene ninguna "bonificación penitenciaria".
De todas formas tranquila que Aitor no volverá a hacerlo... por la cuenta que le trae.

Elena dijo...

Gracias Dudú por ser tú también un papá de mi color. Ellos son el futuro y hemos de tratar,por bien de ellos, que sean tíos y tías coherentes, responsables y buenas personas. Se de buena tinta (ya nos hemos encargado en casa) que Aitor ha tomado nota. Ayer ante un comentario del yayo (mi padre)durante una celebración de cumple, el tío salía del salón diciendo ¡hoy no le he hecho nada!, ¡ni yo que me entere! fue mi respuesta. A veces creemos que no nos oyen, y sí, nos oyen y nuestra actitud no les deja indiferentes. Volvemos a lo de siempre, porque te quiero, porque me importas, te tengo que decir lo que está bien y lo que está mal. Y ellos lo necesitan. ¡pobrecitos míos quienes no tienen quién les abrace y quién les regañe!. Un saludo.

Anónimo dijo...

jopé, eso es algo serio. Quizá se lo deberías decir a la profe para que esté más atenta porque, al estar con ellos muchas horas en el cole, puede evitar muchas de esas reacciones que luego en casa seguramente no tenga.

Rakel.