Y siguen creciendo...

Cada niño va madurando a su ritmo, aunque no hay que olvidar, que todos van haciendo las mismas cosas más o menos a la vez.

Digamos que mis hijos de 9 y casi 7 años, apenas me reclaman ya para muchas cosas, … indudablemente, ahora me necesitan para otras nuevas. El tenía algo pendiente por aprender todavía…. ¡hacerse la lazada!….y  lo hizo muy bien el otro día. Llevaba tiempo diciéndoselo en casa, “Aitor,un día te tengo que enseñar a hacerte la lazada”.

A ella se la enseñé también con 7 años, justo antes de su primer campamento, por aquello de atarse sola las botas de montaña. Como el primer campamento de él fue con 6, pues le dije que pidiera ayuda al monitor o a su hermana. Quizás lo hubiese hecho genial, pero reconozco que me hice la vaga para enseñarle… pensé que aún era “pequeño”.

Pero el otro día, a razón de querer ponerse las super zapatillas de futbol semi-nuevas que su primo le ha dado, aprendió a hacerse la lazada de los cordones…..¡ahora ya, sí que sí!,  los dos se puede vestir completamente solos.

Cuando son chicotes pequeños, sólo nos necesitan para la lazada de sus playerasl. Y es que al igual que van abandonando el pañal, el chupete, la cuna, …  también llega el día en que te dicen “tú no mamá, me hago yo solo la lazada”.

Ayssss, ha vuelto a crecer… ¡qué remedio!...y que sigan así por mucho tiempo.

Un beso atado en lazada fuerte fuerte.